Resultado de la votación sobre el cierre de RTVV en el pleno en 'Les Corts' el pasado 27 de noviembre |
Siempre me gusta escribir en mi blog con la tele en marcha. Me ayuda tener un ruido de fondo. Me fuerza a concentrarme y pensar más y mejor -puede parecerles extraño. Hoy el sonido que escucho en la tele es el del silencio. Esto también puede parecerles contradictorio, está claro. Pero encender la televisión, pulsar el 9 en el mando y que aparezca una pantalla en negro donde antes veías la televisión de tu comunidad es para echarse a llorar. Y eso que aún estamos en una nube como se suele decir. "Esto es como cuando pierdes a un ser querido, que no te das cuenta hasta que pasan unos días" - comentaba una compañera de Radio Televisión Valenciana. Pues así es. Acabamos de perder a un ser querido. Un ser que ha estado con nosotros a lo largo de nuestras vidas. En mi caso, me ganaba en años la televisión que hoy ha muerto joven. Mejor dicho, una televisión pública que ha sido asesinada por un partido político. Una televisión vertebradora y con el objetivo de la conservación de nuestra historia.
Hoy nos hemos quedado huérfanos y la pasada madrugada ya es para muchos una de las más amargas de sus vidas. Me incluyo en este grupo. Desde que llegué anoche a casa alrededor de la una de la madrugada tan solo he podido dormir media hora en el sofá. Leí un tweet en el que se indicaba que la radio de los valencianos se había quedado muda. Como en la época de la censura franquista, habían 'cortado el cable' que daba vida y voz a los habitantes de nuestra Comunitat. Se borró de mi cara la sonrisa y apareció de nuevo la preocupación. Sabíamos que este momento llegaría, pero nos negábamos a aceptarlo.
Solo me dio tiempo a echarme en el sofá y taparme con una manta. La noche iba a ser larga, muy larga. Lo que no sabía era que, por degracia, iba a tener la oportunidad de vivir en primera persona y a través de la televisión una auténtica locura digna de los mejores momentos de una dictadura. Nunca imaginé que la Policía se haría con el control del acceso al Centro de Producción de Programas (CPP) de Burjasot. Y menos teniendo esta empresa pública un servicio de seguridad privada encargada de dicho objetivo.
Rafa Molés en una de las conexiones en directo realizadas desde el exterior del CPP de Burjasot. Imagen: captura de pantalla de MC Montes |
A través de WhatsApp tuve la oportunidad de contactar con trabajadores que habían podido traspasar la puerta exterior de RTVV, pero no pudieron entrar al edificio al impedírselo la Policía Autonómica (por lo visto, son como una especie de seguridad privada para los políticos encargados del sangriento asesinato). "No te puedes hacer una idea de la cantidad de cosas que me pasan por la cabeza con el frío que hace aquí fuera. Es increíble que esto pase en un país democráta" - me comentaba un compañero cerca de las cuatro de la mañana.
Sin tener posibilidad de acercarme hasta Burjasot al no disponer de coche en ese momento, no me quedaba otra más que seguir desde casa el programa especial que se hacía desde los estudios del centro. Periodistas, cámaras, técnicos... que llevaban muchas horas trabajando alargaron sus turnos con la única intención de aguantar el máximo tiempo posible. Con lágrimas en los ojos uno de los operarios de cámara nos ha comentado tras el apagón definitivo que "no quedaba cámara en Canal 9 que funcionase y que estuviese parada. Todas las cámaras estaban en marcha para ofrecer el mayor número de imágenes posibles. Vosotros nos habéis hecho seguir hasta el final".
Josep Moreno, diputado socialista, accede al interior del CPP de Burjasot a través de una ventana Imagen: @deshabitat |
En varias ocasiones llegaron hasta Control Central -el cerebro de la televisión como se explicaba a los espectadores- para cortar la emisión de RTVV. Pero el cordón humano de los propios trabajadores impidió el paso de estos verdugos a los que se les había dado la orden de apagar nuestro altavoz a la sociedad.
Desde anoche tenemos otro personaje famoso en la Comunidad: Paco Signes, más conocido como 'Paco Telefunken'. Se trata de un técnico de Gata de Gorgos que había sido enviado para "ver cómo estaba el tema y saber cuál era el procedimiento para cortar la emisión". El tal Paco, al ser echado de Control Central por los trabajadores de RTVV fue escoltado por la Policía hasta, curiosamente, la 'Sala de Actuantes'. Allí permaneció durante horas hasta que decidió marcharse de Burjasot diciendo que no iba a ser él quien nos dejase sin tele. Genial fue la actuación del periodista Genar Martí, a quien la Policía había advertido para que dejase tranquilo a Signes, y quien consiguió hablar con el técnico para que explicara qué hacía allí y por qué finalmente había decidido marcharse sin cumplir su cometido.
Genar Martí entrevista a Paco Signes, quien iba a encargarse de cortar la emisión y no lo hizo finalmente |
Otro de los miles de despropósitos de la noche fue el envío, por parte de la empresa, de correos electrónicos a los trabajadores para comunicarles a las 3 de la mañana que estaban de permiso retribuido. Hablando claro, que fuesen tan amables de quedarse en sus casitas, que iban a cobrar igual. Luego nos dicen que se cierra RTVV por cuestiones económicas y resulta que se les paga sin ir a trabajar. Como dijeron muchos empleados, ellos no quieren eso. Quieren cobrar cubriendo sus puestos de trabajo y cumpliendo sus objetivos laborales. El colmo de esto fue una denuncia interpuesta en el juzgado de Paterna en la que se acusaba de ocupación ilegal a los empleados y diputados que se encontraban en Burjasot. Afortunadamente, algo de sentido común tenía que haber y pronto se comunicó que el juez no había aceptado la denuncia.
Viendo todo esto desde el sofá de mi casa sentía la obligación de despertar a las personas que, lógicamente a esas horas, estarían durmiendo sin saber que posiblemente no volverían a ver Canal 9. Tenía la esperanza de estar teniendo una de las peores pesadillas de mi vida. Pero los whatsapps, los retweets... me hacían poner los pies en el suelo y ver que todo era parte de una terrorífica realidad. Alrededor de las 10 y media de la mañana he caído rendida, pero una alarma programada para 45 minutos después me ha despertado. Me he levantado y cambiado pijama por vaqueros y ropa de abrigo. Sin pensarlo ni un momento he decidido acercarme hasta el CPP de Burjasot, lugar del crimen. Nervios durante el camino hasta allí. Rabia e impotencia al llegar. Y compañeros. Compañeros míos y compañeros de mi padre. Personas que han perdido sus puestos de trabajo. No quería llorar. No merecen nuestras lágrimas, pero somos personas. Somos seres humanos que hemos vivido, de forma directa o indirecta, un auténtico calvario desde hace ya tiempo. Solo espero que los auténticos responsables de todo esto tengan que vivir alguna vez el infierno que nos han hecho pasar a nosotros.
Al poco tiempo de llegar a la puerta principal he podido ver en un móvil cómo nuestra televisión era ya parte del pasado. Negro. Sin señal. Fin de la batalla. Entre aplausos y gritos de ánimo y agradecimiento han salido los trabajadores que se encontraban en el interior del centro. Unos salían llorando, otros aplaudiendo a los que estábamos allí esperando.
Y así ha pasado. Estos son los últimos segundos de nuestra televisión autonómica. Una resistencia pacífica de los trabajadores que pudieron aguantar mientras el CPP de Burjasot agonizaba. A la voz de 'esto es un golpe de Estado' murió nuestra tele. Esa tele con defectos que era nuestra. Durante la noche, se llegó a comparar a RTVV con un 'hijo drogadicto que, al fin y al cabo, no deja de ser tu hijo'.
Instantes finales de Radio Televisión Valenciana. A las 12.19 p.m del 29 de noviembre de 2013 se apaga nuestra televisión Imagen: captura de pantalla del video enlazado arriba |
Y así nos fuimos a negro y dejamos de emitir. Es momento de salir a la calle, de nuevo, y demostrar que no vamos a estar callados. Que nos quitan un medio de comunicación, nos arrebatan el derecho a estar informados, pero no nos callan. Mañana ya hay convocadas manifestaciones en contra del magnicidio que está llevando a cabo el Partido Popular en nuestra comunidad. Cierto es que los partidos de la oposición se están frotando las manos con todo esto. Y cierto es también que necesitamos, más que nunca, unir nuestras voces y evitar que sigan robando nuestros derechos.
Convocatoria para las manifestaciones del día 30 de noviembre |
Cada cual habrá vivido este 29 de noviembre de una forma distinta. Puede que no coincidan conmigo y me parece más que respetable. Hoy soy una ciudadana más que protesta por vivir una auténtica tiranía por parte de un partido político. Una ciudadana a la que le cuesta expresar lo que siente al ver que su televisión, la NUESTRA, es de este color ahora:
Mari Carmen Montes
@mcmontesb
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