lunes, 27 de mayo de 2013

Cuando injuriar es gratis, pasa lo que pasa...

Me prometí a mí misma dejar un poco apartado el blog hasta que pasaran los exámenes. Pero a veces hay cosas que me tocan las narices y me veo obligada a comentarlas y opinar sobre ellas. La última, una crónica de fútbol que ha publicado Joseba Iturria para la publicación vasca 'Gara'. 

Hasta aquí pueden pensar que mi obsesión con los deportes puede ser muy cansina. Pero es que traspasa la barrera de lo deportivo llegando hasta el punto en que me planteo qué tipo de periodismo está SUFRIENDO nuestra sociedad. Déjenme que les resuma el caso para que sepan por dónde van los tiros. 

Xabi Prieto tras marcar el gol del empate final
Imagen: www.marca.com
Anoche se jugaron muuuuchos partidos de fútbol al mismo tiempo (bendición para las radios y los carruseles deportivos, ¡cuánto se echa de menos que coincidan los encuentros!). En Anoeta, se enfrentaron la Real Sociedad y el Real Madrid. Ese partido no solo fue seguido por los aficionados vascos y los madrileños. Muchos valencianistas estaban pendientes del marcador, pues intensa ha sido -y sigue siendo- la lucha para ocupar esa cuarta plaza en la clasificación que da derecho a disputar la Champions la próxima temporada. Valencia CF y Real Sociedad están echando el resto para hacerse con ella, y de momento la ventaja la ha conseguido el club de Mestalla.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Dinero y felicidad sí pueden ir de la mano

Imagen: www.chistes21.com
Dicen que el dinero no da la felicidad. Pues bien, yo digo ¡y un cuerno! ¿Quién es el que dice por regla general esta frase? Me gustaría hacer un estudio y ver a qué 'clase social' -económicamente hablando- pertenecen los que afirman esto. 

Que todo no se puede comprar con dinero, está comprobado. Que los abrazos, los besos, las sonrisas, el cariño de los tuyos... no se puede pagar con dinero, también. Que el dinero no da la felicidad, no lo tengo yo tan claro. Pueden llamarme materialista, insensible, pesetera ('eurera', por adaptarlo a nuestra moneda, suena francamente mal). Pero lo cierto es que se me ocurren mil y una maneras de gastar dinero -con cabeza- y ser feliz, muy feliz.

¿Quién no sueña con viajes, con conocer más mundo? Reformar una casa, comprar ropa, zapatos, ordenadores, cámaras de fotos, cenas, escapadas... No me fastidien. No me digan que alguna vez no han soñado con poder hacer todo eso sin preocuparse por la si la tarjeta de crédito hará sonar la alarma de la tienda en caso de no tener dinero suficiente. Vale, esto de la alarma es un poco exagerado. Pero lo han pensado, ¿verdad?


Constantemente nos estamos gastando el dinero. Y cuando el recurso es escaso, hay que tener un plan estratégico previamente elaborado. Todos los días, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, estamos gastando dinero. Ayer mismo, para ir a clase, tuve que recargar el bono del autobús de la EMT. 8€ -y sin parar de subir el precio-. Después de las clases de la mañana, a comprar la comida al supermercado, 4 euros más. Doce euros en un día y sin hacer nada del otro mundo.