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7 de agosto. Tarde aburrida (aburrida es poco). Enciendo el ordenador. Y sigo mi ritual: abrir Facebook, Twitter, Gmail, Hotmail, ValNet Pilota, Blogger, web de JCF (Junta Central Fallera), web de mi falla, correo de la Universidad... Ahora es cuando pueden llamarme adicta a las redes sociales. Lo confieso. Soy adicta a ellas, pero no me arrepiento, al menos por el momento.
Soy de esas personas que necesitan tener una agenda repleta de actividades para no perder por completo el tiempo libre. Eso también lo reconozco: soy aficionada a desaprovechar muchas horas cuando no tengo cosas programadas. Pero si hay algo que siempre me salva esas horas muertas es la lectura y escribir. Así que la entrada de hoy no va a ser una reflexión sobre un tema que nos afecte a todos, como son de costumbre. Hoy me apetece contar que soy Fallera Mayor.
Sigo perpleja después de echar un vistazo a este blog y ver que, a día de hoy, aún no había sido capaz de escribir nada sobre una noticia que, por inesperada, me hizo muy feliz. Este es el momento en el que aquellos que odien las Fallas dejarán de leer y 'pasarán página'. También es el momento en el que yo puedo escribir desde dentro, a modo de diario personal.