
Aunque debería ver las noticias todos los días, leer los periódicos, etc., como 'buena' futura periodista, créanme que hay días que no puedo hacerlo. Días en que al encender la televisión a la hora del telediario, tardo segunos en cambiar de canal. Prefiero reírme con alguna serie, con alguna 'españolada', antes que llorar con tanta desgracia. Aún asi, no puedo quedarme al margen de la realidad. No puedo negar que hay gente pasándolo mal y que esa gente debe ocupar las portadas, los primeros minutos de cada informativo si es una forma de buscar soluciones a los problemas de nuestra sociedad.
Pero tampoco hay que irse a los medios de comunicación habituales para conocer casos de gente que se ha visto sin ningún tipo de ayuda frente a graves problemas. Gente que, después de toda una vida trabajando, no ha recibido las atenciones que merecía y necesitaba. A través de Facebook, a través de nuestros amigos, también es posible conocer estas historias. Si me he animado a escribir esta entrada ha sido por la rabia que he sentido al leer las reflexiones de una compañera de clase de toda la vida. A partir de ahora, dejo de ser yo la que escribe. A partir de ahora leerán sus palabras. Unas palabras a las que me uno. Unas palabras que muestran la cruda realidad que estamos viviendo...
"Reflexiones de alquien que padece frente a la indiferencia y el abandono de su propio gobierno:
Hoy ha terminado la Semana Taurina de Liria, mi pueblo. Ese pueblo tan extraño en el que la gente siempre decide marcarse como a los toros, en hierro. Si se es de un bando o de otro, en fin, si se es más tonto o retonto.
Durante esta semana mi familia y yo hemos tenido que hacer frente a la muerte de mi abuelo, de 86 años. Hombre trabajador y honrado, que prefería una crisis en la democracia al bienestar dentro de una dictadura. Que confiaba, por tanto, en los mandatarios.
Mi abuelo ha muerto por la vejez y por un cáncer que llegó a la metástasis. Esto ha durado dos semanas. Quince días en la cama, sin ningún tipo de medicación para al dolor. Postrado y en su casa porque en el hospital al que pertenecemos (Arnau de Vilanova) nos dijeron que nos fuésemos a casa, que allí no podían hacerle nada. En pocas palabras, 'que estorbaba'.
Cuando llegamos a Liria, nos avisan de que a nuestro pueblo, esa Ciudad de la Música con el título de "Ciudad amigable con las personas mayores", no llega la atención hospitalaria y, por tanto, si necesitamos alguna cosa debemos llamar al teléfono de emergencias y ellos ya vendrán cuando puedan, porque tenemos que entender que somos demasiados y 'las cosas de palacio, van despacio'.
Pero lo que más me crispa no es la indiferencia de la Sanidad española y de la propia comarca o municipio, sino que a Benisanó, sí que llegue la atención hospitalaria y a Olocau también, saltándose Liria con una gracia desmesurada. Tenemos que entender que mi abuelo podía no tener una muerte digna, porque 'España va bien', pero que el padre del Conseller de Governación -vecino de Benisanó- no, porque claro, ellos son quienes mandan.
Por circunstancias de la vida, por los enchufes de siempre, mi abuelo no tuvo la muerte dolorosa que, posiblemente, hubiese tenido de no ser por la intervención de un familiar que trabaja en el hospital La Fe. Doy gracias a quien sea, al destino supongo.
Pero hoy estoy aquí, el día en que la Semana Taurina ha terminado, para decir que en mi pueblo no hay ni un euro para Sanidad ni Educación, pero sí 14.000 para toros. Y lo digo dejando a un lado a las peñas taurinas que durante años se dejan la piel para conseguir las fiestas que desean. Con tra ellos no van mis palabras, porque ellos lo hacen con su esfuerzo y el dinero de su bolsillo y yo soy la primera que estoy ahí, en la plaza, para disfrutar de esos animales. Lo digo porque en estos actos la ayuda que provenga de los Ayuntamientos sobra, cuando muchos vecinos tienen que rebuscar en la basura para llevarse algo de comer a la boca.Y más, cuando no se gasta ni un euro para quitar las barreras arquitectónicas del pueblo para que la gente mayor y las personas con discapacidades puedan desenvolverse como cualquier otra persona.
Mi abuelo vive en el recuerdo, ya no existe. No saldrá nunca con su silla de ruedas, ni necesitará ayuda hospitalaria. Pero por él y por toda la gente que ha sufrido y seguirá sufriendo situaciones así, pido a mi Gobierno y a 'mi' Ayuntamiento, que hagan las gestiones que sean necesarias y que, si creen que no sirven, se vayan a su casa. Pero que no hagan más daño, que la vida ya te pone suficientes piedras por el camino.
María Agustí Gómez"
Creo que no hace falta añadir nada más. Como se suele decir, 'más claro, agua'. Y sirva esto como señal de respeto y admiración por todas las personas que siguen luchando por agarrarse a la vida aunque los gobiernos, en muchas ocasiones, les den la espalda. Y cómo no, por aquellos a los que la Sanidad española ha ignorado y ya no están con nosotros.
No son pocos los casos de familias que siguen luchando por conseguir una ayuda económica, una ayuda sanitaria para cuidar a sus parientes enfermos, dependientes. Se merecen un homenaje todos los que hacen virguerías (ingeniería económica que se suele decir) para llegar a fin de mes y tratar de hacer que la vida de sus padres, abuelos..., termine de la mejor manera posible. Porque, recordemos, que a nuestros mayores se lo debemos TODO, lo que tenemos y lo que somos.
Mari Carmen Montes
@mcmontesb
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