lunes, 28 de noviembre de 2016

Aquí no se llamaban Rita, pero también los mataron

Hola, soy Mari Carmen. Hace 3 años me robaron. Y a ti, y a ti también. Y también a ti que no me estás leyendo porque este blog no llega a muchas personas. Pero si eres de la Comunidad Valenciana te robaron, doy fe de ello. Dicen que los derechos de unas personas terminan donde empiezan las libertades de otras. Así que habrá que dar por bueno esa 'norma' y establecer que el derecho a robar de unos cuantos prevaleció sobre el derecho a la información de los ciudadanos.

¿Se acuerda usted de la noche del 28 de noviembre al 29? Yo me acuerdo perfectamente. De jueves a viernes. Me acuerdo de hablar con compañeros que estaban encerrados, pasando frío, sin querer salir del recinto, pero sin poder acceder al interior del edificio porque la Policía se lo impedía. Con mantas, con chaquetas. Pero desnudos ante la barbarie que estaban a punto de cometer.

Y digo barbarie. Y algunos me llamarán exagerada. Otros pensarán que no es justo llamar barbarie a lo que ocurrió cuando hay tantas calamidades repartidas por el mundo. Pues bien, yo lo llamo barbarie, que de momento el derecho a expresarme no me lo han robado, o no del todo, que ya saben ustedes que a los periodistas cada vez nos ponen más trabas para hablar. 

Barbarie porque sigo sin entender que los mismos que habían hecho la vista gorda, igual de gordos que otros tienen los bolsillos bien llenos de NUESTRO dinero, fueron los que decidieron que se iban a pasar la justicia ya saben ustedes por dónde. Fueron los que se enfadaron porque la justicia dio la razón a los trabajadores. A aquellos que sí creían en un proyecto de servicio a la sociedad valenciana. A aquellos que fueron 'castigados' cuando se salían del redil de los controlados. A aquellos que sabían que no se estaban haciendo bien las cosas. 

Rafa Molés en una de las conexiones en
directo realizadas desde el exterior del CPP de
Burjasot. Imagen: captura de pantalla de MC Montes
Y así pasó, que Fabra y los 49 ladrones cerraron la televisión. Porque se habían creído que era suya y así la hacían servir. Pero no nos equivoquemos, que estos le dieron el último tiro, pero ya antes, mucho antes, se la estaba dejando morir. Y en el grupo de los asesinos entran todos aquellos integrantes de los diferentes partidos políticos que hirieron de muerte a Radio Televisión Valenciana. Porque en este caso no sirve el "entre todos la mataron, y ella sola se murió". De aquí solo nos sirve la primera parte de la frase.

Les hago otra pregunta. ¿De verdad creían que muerto el perro, se acabó la rabia? ¿De verdad creían que una deuda de más de 1.000 millones de euros se acaba dándole al botón que llevó la tele a negro a las 12.19 horas? Esa deuda que un presidente 'competente' descubrió la noche del 28 al 29 de noviembre de 2013 (nótese la ironía), sigue estando ahí. Una deuda consentida por muchos, pero que, cuando la vaca dejó de dar leche, nadie quizo hacer suya. 

Pues bien, estoy segura de que esto no habrá llegado a muchos sitios porque no se llaman Rita Barberá -y POR FAVOR nótese también que no estoy intentando ofender a nadie, que mofarse de los que ya no están no es de ser persona civilizada, así que nada más lejos de la realidad. Si escribo el nombre de la que fuese alcaldesa de Valencia durante tantos años es para que se den cuenta de las diferentes varas de medir que tenemos en este país.

Y es que la defunción de Barberá ha llegado muy lejos. Pero, ¿qué hay de los que trabajaron en RTVV y el cierre se llevó por delante su vida? ¿Y de aquellos que, tras las larga angustia de años viendo venir la muerte de la televisión, han sufrido depresiones, infartos, y otras enfermedades? Ellos no se merecen nada, ¿verdad? No son tan pobrecitos porque el foco mediático no se cebó con ellos hasta que les pesó más la angustia que las ganas de vivir. Permítanme que lo dude. 

No quiero alargarme más, porque saben que me enciende este tema. Y no quiero acabar faltando el respeto a los que de verdad se lo han ganado a pulso, a los ladrones. Porque además de quitar dinero, han quitado vidas, salud, han quitado esperanza, felicidad, familias, proyectos de futuro... Pero todo esto no cuenta si no eres conocido. ¿No es así, señoría?

Es momento de que ustedes reflexionen. De que piensen en lo que pasó hace tres años. ¿Se sienten robados, estafados? Si no se sienten así, créanme, tienen un gran problema.

Me despido ya con un vídeo que Luis Lizarán, trabajador de la casa desde 1989 -primer año de RTVV-, subió a YouTube hace un par de días. 10 minutos y 27 segundos para revivir momentos duros, muy duros. Imágenes inéditas que a unos cuantos nos duelen. A pesar de que algunos buitres se alegraban porque sus medios iban a recibir todo lo que se llevaba Canal 9, sin ver más allá del dinero y sin pensar en lo que el acto de "apagar la televisión" significaba de verdad para nuestra sociedad. 




Y después de todo este rollo que les he soltado, ¿qué piensan? ¿Damos por bueno el cierre, o no es todo tan fácil como se lo pintaron?

Abrazo grande a los que siguen sufriendo.

Mari Carmen Montes
@mcmontesb

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