Eternamente agradecida

Proclamación como Fallera Mayor de la falla
Acacias Picayo para 2014
Imagen: Edgar Aparisi

Un año más. Y no diré eso de 'y uno menos', que a mí me gusta ver el vaso medio lleno siempre. La gente suele hacer balance de las experiencias vividas cada 31 de diciembre, a punto de cambiar de año, o el día 1 de enero. Perdonen que llegue tarde yo... Lo cierto es que no había tenido tiempo de sentarme a escribir porque estos días me he dedicado a vivir la vida. Si no fuese por nuestros móviles, que nos ofrecen la oportunidad de compartir las fotos en las redes sociales inmediatamente después de hacerlas, hubiese abandonado por completo el mundo digital durante los últimos días.

He tenido la oportunidad de disfrutar cuatro días de la tranquilidad, alejada de la ciudad. Y en los pocos momentos que estado sola he podido pensar un poco sobre lo que ha significado este 2013 para mí y para la gente que me rodea. Han ocurrido tantas cosas, buenas y malas, que no sabría muy bien por dónde empezar. Pero ahora que lo pienso. Veamos el vaso medio lleno. Pasaré por las mejores y las 'menos mejores', pero estas últimas no serán las protagonistas. 

Quien bien me conoce sabe que no soy de planear los momentos de ocio y de tiempo libre con demasiada antelación. Me gusta improvisar y dejarme llevar por la gente que me quiere. Casi sin pensarlo llegó un momento que para mí ha supuesto un gran punto de inflexión. Un 31 de mayo que no podré olvidar... Ser elegida Fallera Mayor para alguien que vive las Fallas de la forma que yo lo hago supuso toda una alegría para mí, para mi familia y para todos aquellos que se alegran de las cosas buenas que me pasan. Desde ese momento he estado -y estoy- ilusionada, nerviosa, eufórica...FELIZ. Eternamente agradecida. 

Pero esto no es algo que se vive y se disfruta sola. Esto implica que tu gente te acompañe en los momentos importantes y en aquellos que a simple vista parecen insignificantes pero que pueden llegar a convertirse en los momentos más mágicos, inolvidables y especiales. Desde una proclamación hasta un simple café, una cena con aquellas personas que pondrán la banda sonora a la semana fallera -y que te alegran cada día con un tweet, un whatsapp, un comentario en facebook, una canción dedicada...-, una reunión para organizar actos, cualquier momento es bueno para disfrutar si estás con la gente que quieres. 

Me he dado cuenta pensando un poco -sí, créanme que de vez en cuando lo hago-, de que nuestra vida es una especie de ecosistema. Todos los participantes son importantes. Al igual que es necesario que un león se coma a una cebra, también es importante que de vez en cuando nos pongan la zancadilla. No agradable, pero sí necesario. Y es que he observado últimamente que cuantas más veces han ido arrojando piedras a mi camino, más he aprendido y más grande he hecho mi castillo. No piensen en el odio hacia sus enemigos, agradezcan su existencia para reírse cuando logren aquello que les decían que eran incapaces de hacer. Dedicaré mis logros a mis amigos, y a los que creían que no lo lograría... eternamente agradecida. 

Antes tenía más miedo a equivocarme, a no saber interpretar las señales. Hace escasamente cinco minutos, mientras escribía este post he escuchado del diálogo de una película que están viendo en el salón lo siguiente "¿cómo va a ser una señal algo que aún no ha ocurrido?". Pues eso. Aunque no soy de hacer una lista de propósitos de año nuevo porque acabaría haciendo totalmente lo contrario a lo escrito en ella, sí que me voy a poner el reto de no pararme a pensar tanto ciertas cosas. Dice la canción Copenhage de Vetusta Morla... 

'...dejarse llevar suena demasiado bien

 jugar al azar,

 nunca saber dónde puedes terminar

 o empezar...'

Dejémonos llevar en más ocasiones y relevemos a un segundo plano esas estúpidas señales que en más de una ocasión nos atan los pies al suelo y no nos dejan hacer y decir lo que realmente queremos. Nos quedamos con lo correcto y no con lo que pretendemos hacer. Quien no arriesga no gana, y yo quiero quedarme en la mitad del tablero ocupada por los vencedores. 

Y con esta reflexión he olvidado -no sé si intencionadamente- comentar más momentos de mi 2013 para ese balance anual... Puede que lo retome en otra ocasión. Pero eso sí...

eternamente agradecida,

Mari Carmen Montes

@mcmontesb